La siguiente es una carta que una de nuestras pacientes escribió a quien fue su pareja durante un desafortunado y doloroso tiempo.
Ella nos solicitó que la compartiéramos aquí, después de un proceso que vivió durante sus sesiones de apoyo psicológico, gracias al que cobró valor para encontrar la salida de un círculo de violencia por parte de su pareja, y al fin rompió el ciclo de los comportamientos codependientes.
Agradecemos mucho su aportación, y sabemos que es el resultado de un proceso en el que se encuentra en recuperación y ha decidido salir de esa dolorosa experiencia y retomarse a sí misma.
Por supuesto, no existen nombres, y algunas situaciones han sido cambiadas para proteger la privacidad de todos los involucrados.
Hola:
Si te dijera que el señor de la esquina vende gatos y que quiero que le compres uno, ¿qué me dirías? Se me ocurren respuestas como: “Yo no lo necesito”. “Yo no lo quiero”. “No me hace falta”. “¿Yo por qué?” “Hay otras personas que pueden y quieren hacerlo…”
Eso es lo que me pasa contigo: me ofreces algo que no necesito, que no quiero, que no me hace falta y que no entiendo por qué yo debo ser quien lo reciba. Y evidentemente me asalta la respuesta de que hay muchas otras personas que sí lo desean.
En este caso, tu “amor”, tu persona, y tu proyecto de vida. He trabajado mucho y hoy me siento plena, feliz, positiva. Tengo una familia maravillosa, un buen trabajo que adoro, excelentes amigos, y muchísima gente que me ama.
Lo más importante: YO ME AMO.
Debo ratificarte que no tienes nada que hacer en mi vida, y debo repetírtelo aunque sé que ya habías recibido una carta mía al respecto, informándote lo mismo. La repetición es necesaria cuando alguien no entiende.
Antes tenía la fantasía de que podríamos ser buenos amigos. Pero ahora estoy segura de que en mi vida tú no tienes derecho a ese espacio privilegiado, pues regresaríamos al círculo enfermo que nos ha hecho tanto daño en este tiempo.
Es momento de poner punto final a cualquier relación entre ambos.
Eres un conjunto de recuerdos, algunos muy buenos, y muchísimos fatales. He tolerado demasiado acoso de tu parte hacia mí, mismo que preciso se termine ya.
Espero que este enésimo “no quiero” sea suficiente para ti. De seguir sin entenderlo, recurriré a los medios legales que me protegen. Así que, por última vez, te solicito que salgas de mi vida, no regreses más, y no quiero tener que pedírtelo nuevamente.
Me declaro incompetente para salvarte o rescatarte de cualquier situación adversa en tu vida, y hoy agrego que, además de no poder hacerlo, NO QUIERO.
Espero no volver a cruzarme en tu sendero, y si la vida decidiera lo contrario, no deseo cruzar palabra alguna contigo, porque NO TE NECESITO, NO ME HACES FALTA, NO TRAES NADA BUENO A MI VIDA Y NO TE QUIERO EN ELLA.
Sé que este mensaje puede ser tu pretexto para futuras llamadas. Espero desistas de ello, porque no obtendrás respuesta alguna. Así que te sugiero que dejes de amenazarme o a otros con la planeación de tu suicidio, y con llamadas de que tienes tu pistola en la boca, o que te tengo que decir a las 3 am que vayas a vomitar los fármacos que te has tomado.
Personalmente, lo único que deseo es no saber ya algo de ti, y que dejes de molestarme, pero como eso es muy poco probable, lo único que requiero es lo que depende de mí, y esto significa no responder ya tus múltiples llamadas llenas de chantajes y mentiras.
Adiós.
