APEGO Y ADICCIÓN AL AMOR

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Depender de la persona que se ama es una manera de despilfarrar la propia vida donde son regalados irracionalmente el amor propio, el respeto por sí mismos e incluso su esencia.

Entregarse al otro es un acto de cariño desinteresado, pero si en esa entrega está presente el apego, no es mas que una manera de rendirse por el miedo a perder lo bueno que tiene la relación. Siempre necesitamos a quien amamos, pero si esa necesidad se convierte en algo inhumano, en algo enfermizo, nos hace esclavos de ella, nos convertimos en un apéndice de la persona amada, no en un verdadero compañero.

Cuantas veces hemos escuchado decir frases como: “Mi existencia no tiene sentido sin ti”. “Vivo para él” “Ella lo es todo para mi” ” Si me faltaras me moriría” “¿Qué haría yo sin ti?” “Te necesito”… declaraciones de amor que han brotado de un corazón palpitante por comunicar afecto. Realmente no son muestras de amor verdadero. El amor no debe estar contaminado de adicción.

En muchos casos las personas son incapaces de poner fin a una relación perjudicial. En otros el freno es la sensación de pérdida o de abandono. No se resignan a la ruptura, permanecen inexplicablemente en una relación absurda. Muchas otras personas se aferran a que aún le aman. Y es que en realidad una persona no debe esperar a desenamorarse para terminar la relación. Las personas adictas necesitan aprender autocontrol para que aun necesitando la droga, sean capaces de luchar con la urgencia.

Lo mismo ocurre tanto con la adicción afectiva, la comida, el sexo o las sustancias. Hay que alejarse de ese placer momentáneo para disfrutar a medio plazo de una satisfacción mayor, liberarse de esa esclavitud. Cuando comiences a independizarte, descubrirás que lo que sentías no era amor, sino una forma de adicción psicológica.

Algunas personas sufren la necesidad de tener la seguridad de tener a alguien, así fuera una compañía espantosa.

Querer algo con todas las fuerzas no es malo, convertirlo en imprescindible, sí lo es. Tener deseo no es estar apegado. Pero cuando no puedes dejar de tener lo que deseas, el sexo, el amor de tu pareja, la adulación o admiración de la misma, entonces no lo tienes bajo control, es adicción.

Una persona apegada nunca estará preparada para la pérdida, no entiende la vida sin su fuente de seguridad o placer. Si hay síndrome de abstinencia, hay apego.

Y detrás de todo apego está el miedo. Si tienes miedo a deprimirte cuando te quedas solo, estarás apegado a quien te haga compañía.

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