Muchos niños de edades tempranas tienen un amigo imaginario con el cual suelen sostener largos diálogos. Aunque es un fenómeno bastante usual (el 65% de los niños norteamericanos de menos de 7 años en algún momento ha tenido un amigo imaginario) no se conoce con total certeza por qué surge este compañero que adquiere personalidad propia. Las opiniones en este sentido son bastante dicotómicas: desde aquellos psicólogos que aseveran que el amigo imaginario es un fruto inocuo de la imaginación y la creatividad infantil hasta aquellos que asustan a los padres con la posibilidad de una esquizofrenia infantil.
Un nuevo estudio sobre los amigos imaginarios
Un estudio realizado en la Universidad La Trobe, en Melbourne, brinda nuevas luces sobre este fenómeno. Estos investigadores encuestaron a 330 universitarios con el objetivo de determinar si habían tenido un amigo imaginario en su niñez. ¿Resultados? Los estudiantes que habían tenido una compañía imaginaria mostraban mayores habilidades comunicativas, eran más empáticos y mucho más creativos que el resto de sus compañeros.
De forma paralela y en colaboración con la Universidad de Manchester, se investigaron profundamente un total de 44 niños con edades comprendidas entre los tres y los seis años, la mitad de los cuales tenía amigos imaginarios. Al finalizar el estudio se pudo comprobar que quienes tenían un amigo imaginario poseían un vocabulario más rico y eran más creativos que el resto de sus compañeros. ¿Por qué?
El descubrimiento
Parece ser que estar a cargo de las dos partes de la comunicación facilita el desarrollo de habilidades comunicativas. Además, de cierta forma facilitan el equilibrio psicológico ya que los amigos imaginarios ayudan a los niños a expresar sus sentimientos y en ocasiones tienen un efecto catártico al disminuir cualquier tipo de manifestación de agresividad. Otras investigaciones aseveran que cuando los niños con amigos imaginarios se convierten en adultos, tienden a preferir el arte y la poesía.
La nueva generación de psicólogos refuerza los beneficios de este fenómeno: la habilidad para experimentar empatía, alternar puntos de vista, probar nuevas secuencias de diálogos, cambiar situaciones, revisar interpretaciones, especular, ponerse en la perspectiva del otro, etc.
Más estudios
¿En qué niños es más usual este fenómeno? En los niños que están constantemente rodeados de adultos o en aquellos más sensibles que demuestran gran imaginación y fantasía. Un estudio reciente desarrollado en Hermosillo, México, asevera que aquellos niños que pasan más tiempo frente a la televisión también son más propensos a crear amigos imaginarios.
¿A qué edad desaparece este amigo? Normalmente desaparece cuando el niño comienza a socializar de forma continuada con otros niños, casi siempre al iniciar la escuela, alrededor de los seis años.
Pero… en el área de la Psicología no todo es tan simple y lineal. Recientemente investigadores de la Universidad de Oregon y Washington aseguran que estos amigos imaginarios, lejos de desaparecer, se hacen más presentes. Parece ser que 31% de los niños encuestados entre los 6 y 7 años tenían amigos invisibles mientras que este fenómeno se evidenciaba solo en 28% de los preescolares e incluso se ha reportado entre niños mayores.
Conclusiones
Lo cierto es que mientras que para el psicoanálisis y el cognitivismo los amigos imaginarios son expresión de inmadurez o síntomas de una neurosis incipiente, la nueva generación de psicólogos refuerza los beneficios de este fenómeno: la habilidad para experimentar empatía, alternar puntos de vista, probar nuevas secuencias de diálogos, cambiar situaciones, revisar interpretaciones, especular, ponerse en la perspectiva del otro… Aún así, una pregunta siempre queda en el tintero: ¿por qué tienen los niños la necesidad de crear estos amigos?
FUENTES
Kidd, E. (2009) Imaginary friends, real benefits, en: Bulletin Winter of La Trobe University.
(2008, Junio) Prevén que menores adictos a la televisión creen amigos imaginarios. En: El Universal.
Taylor, M.; Carlson, S. M.; Maring, B. L.; Gerow, L. & Charley, C. M. (2004) The Characteristics and Correlates of Fantasy in School-Age Children: Imaginary Companions, Impersonation, and Social Understanding. Developmental Psychology, 40(6):1173-1187.
Gleason, T. R. (2004) Imaginary companions and peer acceptance. International Journal of Behavioral Development, 28(3): 204-209.
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En terapia de padres con hijos pequeños nos encontramos con que muchos, se sienten preocupados por este comportamiento, pero al encontrar este interesante artículo, les podremos dar una referencia más amplia sobre este aspecto del comportamiento infantil.
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