Si tienes en casa niños menores de 5 años, quizás te hayas preguntado cómo el confinamiento debido a la pandemia de covid-19 puede estar afectando su desarrollo mental y físico.
“Mi bebé no ha socializado”
Aunque suene obvio, si se trata de un bebé, no hay necesidad de preocuparse. Los bebés no necesitan socializar. Al menos no como los adultos. En los primeros dos años de la vida, los padres son las personas más necesarias y favoritas de los pequeñitos. Así lo hizo saber Alison Morton, del Institute of Health Visiting, en una entravista que concedió a la BBC.
Quizás seas tú como madre o padre quien está resintiendo algunos aspectos del confinamiento. Como ese estrés tuyo es real y muy importante, trata de mantener una saludable comunicación frecuente a distancia con tus familiares y amigos.
La ansiedad por separación
A medida que los bebés crecen, son más conscientes del mundo que los rodea. Esta etapa de desarrollo incluye que el bebé sepa y recuerde que existe algo o alguien, como su mamá, sus hermanos, incluso cuando no pueden verlos.
Es este periodo en el que los bebés experimentan ansiedad por separación, y pueden enojarse si se quedan con personas desconocidas, lo cual es normal y ocurre con todos los niños en todas las épocas. La pandemia y el confinamiento no tienen nada que ver con esta ansiedad.
Niño socializando
Al crecer aún más, cada vez son más curiosos y confiados, y entonces los niños pequeños quieren jugar con otros niños. Esos pueden ser sus propios hermanos mayores.
Pero si no los tiene, aquí sí estamos ante una situación causada por la pandemia. Ante esto, la dra. Morton hizo notar que “los estudios de niños con juegos restringidos, como los que están hospitalizados a largo plazo, encontraron que los niños se adaptaron y encontraron otras formas de jugar”.
Basada en la observación de niños que han estado confinado en otros mmentos y por otras circunstancia, hay muchas razones para creer que los niños deberán recuperarse a largo plazo, cuando las circunstancias más restringidas cambien, aunque la pandemia ha cambiado el juego, y este confinamiento, al ser algo generalizado puede ser semejante al de los regímenes de ley marcial o una situación de guerra.
¿Cómo estimular el desarrollo de tu hijo en casa?
Usa tu rutina en el hogar con juegos. El dr. Rkhe Shah, pediatra de los hospitales de Chelsea y Westminster.
- Convierte el doblar la ropa en un juego, clasificándola por colores o tipos específicos.
- Haz juegos de rol familiar, que es algo que siempre ha encantado a los niños.
- Sé leal a la rutina. Dedica siempre el mismo tiempo a las comidas, a la activación física, a leer, a dormir, etc.
- Si hay una conversación de Zoom con la abuela y el abuelo, es claro que no puedes tener su total atención durante una llamada de 45 minutos. Los niños pequeños charlan un rato y luego se alejan, pero puedes compartir historias y jugar: haz que los abuelos les pidan que encuentren cosas, un juguete determinado o algo de un color específico.
¿Qué hay de todas las pantallas?
La dra Dra. Bernadka Dubicka, que preside la facultad de niños y adolescentes del Royal College of Psychiatrists, dice que a pesar de que hay mucha preocupación porque los niños miran demasiado las pantallas, hay que saber que han sido salvavidas del encierro.
Por supuesto, debe haber equilibrio.
“Coman juntos, hagan contacto visual y mantengan las pantallas fuera de los dormitorios”, dice la dra. Dubicka.
Sal, con mucho cuidado
Procura tener momentos regulares para salir a caminar con tus niños. En caso de que en tu comunidad haya espacios seguros en los que se permita que los niños jueguen, aprovéchalos, siguiendo las indicaciones sanitarias.
¿Cómo saber si mi hijo necesita ayuda adicional?
Primero, recuerda que los problemas de salud mental de padres e hijos van de la mano, dice Bernadka, de modo que debes cuidar tu salud emocional, física y mental, para que estés en la mejor condición de observar objetivamente cualquier signo en tu hijo, relacionado con cualquier tema de salud.
En lo que se refiere a su salud mental, ten cuidado con los cambios persistentes en su comportamiento.
Por ejemplo, si:
- se vuelve mucho más retraído, irritable o necesitado de ayuda.
- comienza a tener problemas para dormir o se orina por las noches con frecuencia
- dicen regularmente que tienen síntomas físicos, como dolores de estómago o dolores de cabeza
La dra. Dubicka explica que en los niños muy pequeños el estrés a menudo puede presentarse con síntomas físicos, y describen los dolores de estómago, porque no tienen las habilidades verbales para expresarse con precisión.