El día de San Valentín es una celebración dedicada a honrar nuestras relaciones más preciadas con amigos y familiares, un momento para expresar amor y gratitud.
Cuando miras a los ojos de esa persona especial y sientes que tu corazón late con fuerza, es crucial asegurarse de que lo que experimentas es amor, no síntomas de una afección cardíaca como la fibrilación auricular.
Este día de San Valentín, te animamos a demostrar tu amor cuidando el músculo que trabaja incansablemente en tu cuerpo: tu corazón. Es un día para cuidar que no te rompan el corazón. Pero aún así, si lo hacen, asegúrate de que sea fuerte y resiliente.
La buena noticia es que mantener un corazón sano no tiene por qué ser complicado. Al adoptar hábitos saludables y eliminar algunos menos beneficiosos, puedes contribuir a mantener una relación sólida entre tú y tu corazón. Al igual que en cualquier relación, lo que le das se refleja en lo que recibes.
Aquí te ofrecemos algunas recomendaciones para invertir en un corazón más saludable:
- Consulta a tu médico: Programa chequeos regulares para monitorear tu presión arterial, colesterol y nivel de azúcar en sangre. La detección temprana de cualquier anomalía es clave. Si enfrentas problemas, sigue las recomendaciones de tu equipo de atención médica, que incluye a tu médico de cabecera y cardiólogo. No dudes en compartir cualquier cambio o inquietud.
- Cuida tu alimentación: La nutrición desempeña un papel fundamental en la prevención de enfermedades cardíacas. Elabora un plan de alimentación que incluya frutas y verduras coloridas y ricas en nutrientes, junto con grasas saludables presentes en pescado, nueces, aguacates y aceites como el de canola, oliva y semilla de uva. Limita los alimentos procesados, azúcares añadidos y el exceso de sodio, que pueden contribuir a enfermedades cardíacas, problemas vasculares y aumento de peso, ejerciendo estrés adicional en tu corazón.
- Mantente activo: Añade más actividad física a tu rutina diaria y evita estar sentado durante largos periodos. Incluso si haces ejercicio regularmente, pasar mucho tiempo sentado puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Si tu vida diaria te obliga a estar sentado durante largos períodos, como trabajar en una computadora, asegúrate de tomar cortos descansos, estirarte y dar paseos breves alrededor de la oficina cada hora.
- Fortalece tu corazón: Al igual que cualquier otro músculo, el corazón se beneficia del ejercicio regular. Los adultos deben realizar 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada, como caminar, andar en bicicleta o nadar, cada semana. También, se pueden realizar 75 minutos de actividad intensa, como trabajar en el jardín, correr o jugar al tenis, o una combinación de ambas. Con ejercicio aeróbico constante, tu corazón se vuelve más eficiente en su función principal: bombear sangre y suministrar oxígeno y nutrientes a tu cuerpo.
- Duerme lo suficiente: El descanso es esencial para permitir que tu cuerpo se recupere del estrés diario. Asegúrate de dormir de siete a nueve horas cada noche. El sueño de calidad es fundamental para mantener hábitos alimenticios saludables, un estado de ánimo positivo, una buena memoria y el bienestar de órganos como el corazón.
- Deja de fumar: Comprométete a abandonar hábitos poco saludables como fumar, el uso de tabaco o vapear. Estos hábitos exponen tu cuerpo a sustancias químicas tóxicas y carcinógenos, lo que aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otros problemas cardiovasculares.
- Cuida tu salud mental: Al igual que tu salud física, tu bienestar emocional es crucial. Desarrolla habilidades saludables para manejar el estrés, como pasar tiempo con familiares y amigos, desconectar de las redes sociales y la tecnología en general y disfrutar de música y podcasts inspiradores. Si tienes dificultades para gestionar el estrés o experimentas síntomas de depresión, busca la ayuda de un profesional de la salud mental.
- Disfruta del chocolate negro con moderación: Se ha demostrado que el chocolate negro y las almendras pueden ayudar a reducir el colesterol LDL, conocido como “colesterol malo”, que está asociado con enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, recuerda que la moderación es clave.
En este Día de San Valentín, recuerda que el amor propio es igual de importante que el amor que compartes con otros. Cuida de tu corazón y, si tienes dudas o inquietudes sobre tu salud cardíaca, no dudes en consultarnos. ¡Te deseamos un feliz y saludable Día de San Valentín!