La ira es una respuesta normal del ser humano cuando se siente amenazado o frustrado. No obstante, si no se controla bien, puede convertirse en un problema ya que trastorna física y psicológicamente a la persona.
Daña el sistema circulatorio, acelera la respiración, eleva la tensión arterial y tensa la musculatura corporal. Dificulta el sueño perturba la alimentación y digestión. Todo ello sin mencionar el daño que les infringe a los que nos rodean y se convierten en objeto de nuestra ira.
El ejercicio de control de la ira ayuda a encontrar los factores que desencadenan las rabietas, así como evaluar y cambiar las reacciones de cólera.
Piensa en cinco cosas que siempre te hacen enojar. Éstos son los desencadenantes de la cólera y pueden ir desde pequeñas molestias a eventos catastróficos.
Por ejemplo, un desencadenador de la ira puede ser el perro del vecino ladrando, un conductor que interrumpe el tráfico por la frustración de la hora pico en una carretera
¿Conoces cómo reaccionas ante cada evento que dispara tu enojo? Algunas de las reacciones negativas pueden ser los siguientes:
- Peleas físicas o verbales con otras personas
- Patear objetos inanimados o animales domésticos
- Dar portazos o destruir objetos destruirlos para para aliviar tu enojo
Seguramente te has dado cuenta que ninguna estas opciones resuelve los problemas que te enojan, sin embargo puedes adaptarte para ayudar a aliviar alguno de estos síntoma. Busca un lugar seguro y alejado para hacer tu rabieta
La ira internalizada puede llevarte a problemas de salud como náuseas, mareos indigestión y problemas de salud mental como la depresión. Por eso es importante que busques ayuda a través del asesoramiento personal o grupal.
Si quieres comenzar a desarrollar control sobre tu ira, agenda una cita.